Ha llegado la primavera a nuestro huerto y con ella las plantas se muestran exuberantes. La estación de las flores llega al Hemisferio Norte a través de lo que se conoce como equinoccio.
Los equinoccios se producen dos veces al año y son aquellos momentos en los que el Sol está situado en el plano del ecuador celeste. El Sol alcanza el punto más alto en el cielo y es cuando el paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste coinciden.
Una forma de tenerlo claro es que es el momento en el que el día dura lo mismo que la noche de forma aproximada -la jornada da 12 horas de luz solar y 12 horas de noche-. A partir del día 21, los días comenzarán a ir ganando la batalla a las noches hasta llegar al 21 de junio, día de entrada del verano en el que comenzará el proceso contrario.
Finalmente, entenderemos lo que tendremos frente a nuestros ojos al abrir la ventana al amanecer. El Sol, que venía amaneciendo hasta ahora hacia el sudeste, saldrá exactamente por el Este, cosa que solo ocurre en los equinoccios, y se pondrá por la tarde justo en el Oeste. Esto provocará que el día y la noche duren prácticamente lo mismo, de donde surge el término “equinoccio”.
Este es nuestro huerto en plena eclosión primaveral.
¡ESPECTACULAR!
